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Iroso Meyi (2). Los olodus o apóstoles de Orunmila

tablero santeria.fr En diferentes artículos encontrareis las parábolas sobre los trabajos de los dieciséis apóstoles u olodus de Orunmila, tanto en el cielo como al bajar a la tierra. Publicaremos los artículos, siguiendo el orden de los odus de Ifa, empezando por Eyiogbe y acabando por Ofun. Siguiendo ese orden continuamos con los trabajos de Iroso. Dada la extensión de los trabajos de los olodus, los publicaremos en varios artículos.

Continuamos con el segundo artículo que cuenta los trabajos del apóstol Iroso Meyi en la tierra:

Iroso meyi hace adivinación para la lombriz de tierra.

El primer trabajo que hizo al regresar a la tierra fue para una mujer muy bella quien había estado cazando con Lluvia en el cielo. El hizo adivinación para ella y le aconsejó que hiciera sacrificio con un bulto de cenizas, sal, las ramas secas de una palma, hojas secas y que adicionara un macho cabrio a Eshu.

Le dijo que no abandonara a su esposo para que no tuviera una incapacidad física que pudiera lisiarla. Ella no hizo el sacrificio ni escuchó el consejo de no separarse del esposo. Tan pronto como conoció a un hombre más apuesto llamado Orun (que significa: luz del sol) en la tierra, despreció a su antiguo esposo diciendo que su morada estaba muy sucia, húmeda y fría. Ella emitió un suspiro de alivio al conocer a Luz del Sol, diciendo que finalmente había conocido al esposo adecuado. Desafiando el consejo de Iroso meyi, se fue a vivir con Luz del Sol, su nuevo esposo.

Poco tiempo después, la casa de Luz del Sol comenzó a calentarse. El tiempo se hizo muy caliente y seco. Ella no estaba acostumbrada al calor intenso que hacia sentir muy incómoda. Entonces comenzó a evitar a su nuevo esposo y se fue de su casa en busca de una vivienda más fresca. Cuando Luz del Sol comprendió que ella lo abandonaba preparó una vara de fuego y con ella la fue a visitar a su escondite.  En el momento que terminaba su visita le pidió que lo acompañara y ella accedió. Al llegar a un lugar muy fresco, el le preguntó si alguien en la casa podía escuchar un grito que se emitiera desde allí. Ella respondió que ese lugar estaba demasiado apartado para que alguien lo oyera. La mujer sintió miedo, no sabiendo lo que iba a suceder. El le preguntó que porqué lo había abandonado y lo estaba ignorando. Ella contestó que su casa se había vuelto demasiado caliente y que no estaba acostumbrada a ambiente tan templado. Entonces el sacó su vara de fuego y puso las hojas secas encendidas en el suelo. El fuego pronto se extendió y la rodeó.  A punto de ser consumida por el fuego, recordó a su antiguo esposo en el cielo (Lluvia). Le rogó a Lluvia que la salvara del fuego que Luz del Sol había desatado sobre ella, recitando un poema.

Al escuchar Lluvia su grito en el cielo, se sintió conmovido por ella y casi inmediatamente la lluvia comenzó a caer apagando pronto el fuego que la deshacía. El aguacero trajo un alivio inmediato y comenzó a regocijarse. No obstante en vista del sacrificio que ella había rehusado hacer a Eshu, no estaba totalmente libre de peligro. Mientras se movía de  regreso al hogar, no sabia que había un hueco en el suelo que contenía unas leñas ardientes que la lluvia no había podido tocar. Cayó con sus dos pies y manos en el hueco de fuego y sus extremidades se le quemaron. Así perdió las extremidades y quedo lisiada.

Fue así como la lombriz de tierra vino a existir y comenzó a arrastrarse sobre su abdomen. Esto explica por qué la lombriz desaparece en la tierra en busca de terrenos húmedos durante la estación seca, saliendo alegremente durante la lluvia. De aquí el dicho  de que una mujer no aprecia un buen esposo hasta que no haya tenido motivo de probar otro.

Iroso meyi comienza una nueva vida en la tierra.

Después de haber olvidado sus deseos celestiales, no halló una vida fácil al inicio. Debía andar a tientas durante un tiempo antes de hallar su orientación, a pesar de los sacrificios que había hecho. Esto se debía al efecto de la maldición de la madre de los obstáculos (Elenini). Se convirtió en un viajero omnipresente que se movía de un pueblo a otro con su arte y practica de Ifa.

En el transcurso de sus viajes se casó con una mujer llamada Moromokpe la cual tenia la costumbre de coquetear siempre que el estaba fuera de la casa. No obstante ella quedó embarazada y cuando se puso de parto, el niño no nacía. Después que el probó con todo lo que tenia, quedo perplejo. En ese momento, otro sacerdote de Ifa vino a visitarlo. El hombre era famoso por hacer adivinaciones y predicciones que se manifestaban instantáneamente. Cuando hizo adivinación acerca de porqué la mujer estaba teniendo un parto difícil reveló que había cometido adulterio antes de quedar embarazada y que no podía parir a no ser que confesara sus fechorías. Cuando la mujer fue interrogada ella confesó y parió al niño sin problemas.

Al séptimo día, Iroso meyi visito al mismo sacerdote de Ifa para una adivinación de ceremonia de bautizo. El hombre reveló que tenia un buen hijo, pero le aconsejó que había que hacer sacrificio con un gallo y un macho cabrio con el fin de minimizar los problemas que su hijo se encontraría en la vida. El niño se llamaba Ifamude. El niño creció y se hizo un buen bumerang (ekpede). El sacerdote había alertado que al niño se le debía decir que nunca se internara en el bosque los días de descanso para evitar el riesgo de ver allí al ángel de su guarda. Un día el padre estaba en la granja y su madre había ido al mercado dejándolo solo en la casa. Por pura travesura, se subió al tejado y se escondió con el bumerang en la mano. Para su total sorpresa, los chivos de la casa salieron luciendo diferentes vestidos pertenecientes a su madre. Casi al unísono los chivos comenzaron a cantar un canto cuyo significado es que los chivos se estaban quejando de que Iroso meyi y su esposa eran tan mezquinos que no podían ofrecer ninguno de los diferentes chivos y aves que tenían en la casa de sus antepasados.

Ifamude estaba tan aturdido que enseguida se bajó, cogió el arma de su padre del lugar sagrado de Oggun y le disparo al chivo que cantaba. Los restantes chivos corrieron hacia el matorral llevando a cuestas la ropa de su madre. Cuando ella regresó del mercado, descubrió que todos los chivos habían desaparecido con la totalidad de sus ropas. Al ver al chivo muerto, el cual no había podido escapar, le preguntó a su hijo qué había sucedido e Ifamude le contó los acontecimientos. Le explicó que el no pudo ir tras los chivos que se habían internado en el matorral porque era día de descanso y a el le estaba prohibido entrar en el matorral. Cuando el esposo regresó de la granja, se le narró lo que había sucedido y este le dio las gracias a sus antepasados por salvar la vida de su hijo. Casi inmediatamente cogió un chivo gris, dos gallinas y un pescado para hacer sacrificio a sus antepasados.

Cuando este odun sale en adivinación, al individuo se le deberá decir que se cuide del riesgo de robo y hurto contra su persona.

La benevolencia de Iroso meyi.

Iroso meyi siempre estaba preparado para ayudar a cualquiera que estuviera en dificultades. Uno de los beneficiarios de su benevolencia fue un cazador llamado Ode quien se le acercó en busca de ayuda para recolectar del bosque los animales que había derribado en su expedición de caza. Iroso meyi lo ayudó sin reserva. Otro beneficiario fue el granjero llamado Ogbe quien también se le acercó para que lo ayudara a cosechar los productos de la granja. Nuevamente Iroso meyi accedió sin escrúpulo de conciencia; no  solo ayudó al cazador a recolectar sus animales del bosque sino que también colaboró en descuartizarlos y asarlos.

Mientras asaba los animales, el fuego accidentalmente le quemó los ojos y lo desfiguró para siempre. Poco después se hallaba cosechando frutos para el granjero cuando los rayos del sol le encandilaron los ojos y estos se le pusieron rojos. Estos dos accidentes empañaron y afectaron su visión. A pesar de esto, el cazador y el granjero, claramente le pagaron con una burda ingratitud. Ambos hombres fueron a encontrase con la enamorada de él y le preguntaron porque continuaba protegiendo a un hombre que apenas podía ver. Ellos se preguntaban porque ella no podía conseguir un hombre completo para casarse.

En la siguiente visita que el hizo a su enamorada ella comenzó a mostrarse esquiva y finalmente le dijo que ya no estaba en posición de casarse con el debido a sus defectos oculares. No obstante le reveló que sus amigos Ode y Ogbe habían venido a difamarlo ante ella. Entonces el apeló a su ángel guardián y a su cabeza para que lo liberaran de la aflicción que le había dado el defecto a su apariencia. A la noche siguiente alguien se le apareció en un sueño y le dijo que hiciera sacrificio con un chivo y algunas hojas con las cuales debía lavar su cabeza y ojos durante 7 días. Debía lavarse la cabeza en el desagüe de su casa. Al finalizar la operación de lavado de cabeza y ojos, los defectos de sus ojos habían desaparecido y había vuelto a ser tan apuesto y presentable como antes. Entonces fue a buscar a su enamorada y esta se puso muy contenta de verlo con su nuevo aspecto. No mucho tiempo después se casaron y fueron felices y prósperos para siempre.

Mientras tanto, el decidió echarle una maldición a sus ingratos amigos mediante un encantamiento, que decía: para siempre al cazador se le identificará con el enrojecimiento de sus ojos mientras que el granjero siempre seria castigado por los rayos del sol antes de poder sacar algún beneficio de su propia granja. El vivió para ser muy prospero y famoso.