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Oyekun meyi. Los olodus o apóstoles de Orunmila (3)

tablero santeria.fr Continuamos con el tercer y último artículo que cuenta los trabajos del apóstol Oyekun meyi en la tierra.

Como Oyekun meyi solucionó el problema de la muerte

Tan pronto como Oyekun meyi comenzó a prosperar, la muerte se puso tras su rastro debido a que frecuentemente se dice que la muerte no mata a un chivo que no tenga una existencia establecida. Del mismo modo, raramente la muerte va detrás de mendigos y vagos. En el momento en que una persona comienza a escalar el árbol de  la prosperidad es cuando la muerte comienza a perseguirlo. Es por esto que Orunmila dice que el paso a la prosperidad frecuentemente es tortuoso y duro. En esta ocasión Oyekun meyi comenzó a tener sueños aterrorizantes e invitó a algunos de sus sustitutos a que hicieran adivinación para el.

Ellos le dijeron que hiciera sacrificio con cuatro gallinas, cuatro ratas y cuatro pescados  para que pudiera sobrevivir a las malvadas maquinaciones de la muerte en su contra. El hizo el sacrificio y Oyekun vivió hasta una edad avanzada. Se ha revelado que el en realidad no murió, sino que caminó de regreso al cielo.

Como Oyekun meyi gano favores y regalos

Para poder disfrutar los frutos de su trabajo sin molestias y sin el riesgo a la penuria, Oyekun meyi  tuvo que hacer otro sacrificio. Después de ofrecer una rata y un pescado para protegerse de la muerte y de la enfermedad se le dijo que ofreciera un cerdo a Ifa y un segundo chivo a su cabeza. El hizo los sacrificios y se hizo tan rico que no podía creer que fuera dueño de todo lo que tenia. Los hijos de Oyekun meyi con frecuencia son muy prósperos debido al sacrificio hecho por el al principio del tiempo.

El también dio macho cabrio a Eshu, gallo a Oggun y tortuga a Osain. Así compró la prosperidad de las divinidades principales.

Oyekun meyi se convierte en rey de la noche

Las divinidades tenían el hábito de celebrar reuniones cada cinco días. En una de las reuniones se hizo la proposición de que cada una de las divinidades debía demostrar sus hazañas para que los otros las vieran. Por su lado, Oyekun meyi se vanaglorió de que el era el único que sabia como impedir que los gusanos penetraran en una cosa podrida y cómo hacer que un animal muerto fuera más famoso que su equivalente vivo.

Se le dijo que en la próxima reunión debía demostrar las capacidades declaradas. Al día siguiente, Oyekun meyi fue al mercado y compro un chivo al cual paseó por el pueblo con una soga atada al pescuezo. Durante el paseo el chivo solo hizo los  sonidos normales en los cuales nadie se fijo. Al día siguiente, Oyekun meyi sacrificó el chivo y le quitó la piel para ponerla a secar. Tan pronto como esta estuvo lo  suficientemente seca, el hizo un tambor. Después de preparar el tambor, su sonido se escuchó en todo el pueblo cuando lo tocó y fue tanto que la gente comenzó a  preguntarse que se traía entre manos.

El día señalado, el fue a la reunión con un tambor untado con un jabón negro el cual fue  especialmente preparado para expulsar a las brujas del ambiente donde uno se desarrolla. Entonces se le llamó para que demostrara los puntos que se habían mencionado en la reunión anterior. El respondió preguntando si alguien había escuchado el sonido del chivo vivo que recientemente se había paseado por todo el pueblo. Unos pocos miembros confirmaron que habían escuchado los berridos del chivo, pero muchos otros expusieron que no habían escuchado sonido alguno. Nuevamente,  el preguntó si alguien había escuchado el sonido  del  tambor que había estado tocando durante los dos últimos días. Todos confirmaron haber escuchado el  sonido del tambor, aunque se preguntaron cómo iba a demostrar ese punto. Entonces el explicó que el jabón pegajoso en la cara del tambor era el animal podrido que no tenia  gusanos, mientras que el tambor representaba al animal muerto que sonaba más alto que uno vivo. Todos los miembros comprendieron lo que decía y al instante fue hecho rey de la noche.

Si Oyekun meyi sale en adivinación de ikin para un hombre, a este se le deberá decir que ofrezca un chivo muerto a Ifa matándolo antes de servir a Ifa con él. Esta es una ofrenda especial debido a que Orunmila desea hacer una revelación secreta al hombre.

Si sale para una mujer, ella tiene muchas posibilidades  de estar embarazada o de estar teniendo la menstruación. Si las dos probabilidades no son aplicables, a ella se le debe aconsejar que ofrezca un gallo a Oggun para prevenir cualquier incidente que probablemente la conduzca a derramar su sangre en los próximos tres a cinco días. A ella se le debe decir que hay una mujer vieja que le esta creando problemas con brujerías. Por tanto ella deberá ofrecer una gallina y nueve huevos a la noche para  neutralizar  las malvadas maquinaciones de la mujer. A el o a ella también se le deberá decir que si no se les ha perdido algún dinero, esto pronto sucederá, aunque no se deberán molestar por esto ya que la pérdida esta destinada a pagar por calamidades mas dolorosas.

 

Como Oyekun meyi le puso Adenimi a un niño

Cuando sale esta adivinación para una mujer embarazada, de seguro tendrá una hembra a quien se le llamara Adenimi. Oyekun pregunto a sus seguidores: ¿Quien tiene un físico rollizo y corpulento?  Ellos respondieron, es Ejiogbe.  El respondió: Ejiogbe  es alto pero delgado. El diálogo continuó con respecto a otros cuatro olodus, y para cada uno, Oyekun respondió: Iwori tiene cabeza grande y piernas gordas, pero abdomen pequeño; Odi tiene cabeza pequeña y piernas pequeñas, pero barriga grande; Obara tiene cabeza pequeña, pero abdomen y piernas grandes; Okonron tiene cabeza grande y estómago grande, pero piernas pequeñas y desproporcionadas.

Oyekun meyi entonces alardeó de que no había ningún otro olodu con un físico simétrico de la cabeza a los pies.

Es solo él, Oyekun meyi, el que esta dotado de un cuerpo fornido desde arriba hasta abajo. Entonces proclamó que cualquiera que naciera durante este tiempo se le  debería  llamar Adenimi (“la corona rolliza y corpulenta”).

La significación de este elogio egocéntrico sólo se puede apreciar echándole otra mirada a los signos  de  cada  uno de los olodus anteriormente mencionados.

Ejiogbe    Iwori      Odi        Obara    Okonron     Oyekun

 

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Los siete príncipes: la formación de la tierra

Blecio la Oraniyan es el hijo de Akambi de Oduduwa, primer rey legendario de los yorubas. El fue igualmente el segundo rey y el padre del tercer Oyaka llamado también Ada y el cuarto Shango Oraniyan que tenía un temperamento guerrero. Esta es la soberanía de los reyes yorubas sobre los países que tenían a Oduduwa como concepto común.

Algunas concepciones dicen que cuando murió Akambi los hijos se repartieron entre  ellos los tesoros y riquezas. Ologbo tuvo la corona, Alakentu los vestidos, Ojise rey de la plata, Oragun rey de Ilea y los mayores Oni Shagba los rebaños, Oluo Popo las perlas y no quedó nada más que las tierras para Oraniyan quien se encontraba en una  expedición guerrera en el momento del reparto. El se mostró satisfecho con su dote, porque como dueño de las tierras recibiría de sus hermanos dotes y tributos. De esta supremacía de Oraniyan nos ha llegado la información por ética de la siguiente leyenda:

Al principio del mundo la tierra no existía, arriba estaba el cielo y abajo el agua, ningún ser animaba ni el cielo ni las aguas. Entonces el potente Oloddumare, el dueño de todas las cosas, creo siete príncipes coronados. Para aliento y entrenamiento de los  príncipes creo después siete calabazas muy gruesas llenas de shaba (papilla a base de maíz) y siete sacos dentro de los cuales había conchas, perlas, tierras, una gallina y 21 barras de hierro. Creó también dentro de una tela negra un paquete voluminoso del que no se sabía la naturaleza, creó en fin una cadena muy larga con la cual amarraba las provisiones, los tesoros y los siete príncipes.

Dejó caer todo desde lo alto del cielo; al final del vacío sólo había agua. Oloddumare desde lo alto de su morada diurna lanzó una nuez de palma que cayó en el agua. Al momento una gigantesca palmera se elevó hasta los príncipes ofreciéndoles abrigo y pasto seguro entre sus ramas. Los príncipes se refugiaron allí, se instalaron y abandonaron la cadena que remontaba hacia el omnipotente. Todos eran príncipes coronados y por consiguiente todos querían mandar y como eso no podía ser decidieron separarse.

Los mayores tomaron los tesoros y dejaron a  Oraniyan con el saco de tela negra y los  21 pedazos de hierro; los siete príncipes se repartieron el descubrimiento dentro de las ramas de la palmera. Cuando Oraniyan se quedó solo abrió el bulto de tela negra y vio que dentro había una materia negra que el no conocía, entonces la sacudió y la materia negra cayo al agua y se convirtió en un montículo que emergía de la misma. La gallina voló para posarse en el montículo y cuando llego comenzó a escarbar la materia negra y esta se esparció lejos agrandándose el montículo y en lugar de agua tomó cuerpo y nació la tierra. Oraniyan se puso contento, encerró en la tela negra las 21 barras de hierro y se decidió a descender sobre el montículo y tomó posesión de la tierra, pero los seis príncipes restantes quisieron arrebatarle la tierra y Oraniyan tomó sus armas (las 21 barras de hierro) que siguiendo la voluntad del todopoderoso se habían transformado en lanzas variables y hachas y blandió una enorme espada de gran filo y les dijo: ustedes robaron todos los tesoros y no me dejaron más que esta tierra y estos hierros; la tierra ha crecido y también este hierro, y partió hacia arriba de los príncipes los cuales pidieron clemencia pidiéndole que les dejara una parte de la tierra para poder vivir.

Oraniyan les concedió la vida y les dijo dirigiéndose a ellos: ustedes y sus descendientes cada año vendrán a rendir homenaje y pagarle tributo a la ciudad a fin de demostrarle y recordarle que habían recibido la gracia de la vida y de la tierra.

Oraniyan rey de Oyo

 Es aquí donde Oraniyan se hizo rey de Oyo y soberano de todo el país yoruba, es decir de toda la tierra.

La tradición cuenta que el partió de Ife a la cabeza de una expedición hacia el este para vengar a su abuelo Lamurudu. No pudo llevar su proyecto a cabo con buen fin teniendo que interrumpir la vía por una interminable columna de hormigas negras. Cambió el itinerario en un lugar llamado, surgiendo una disputa con su hermano por un jarro de cerveza y Ogdo el mayor que lo había acompañado, dejó la expedición. Oraniyan trató de  seguir a través del país takua, pero los habitantes del lugar le cerraron el camino.

Después por otras diferencias su primo Akijele, hijo de Oraniyan, el más joven de los  hijos  de  Oduduwa, lo dejó también y fue a fundar Ejigbo instalando  allí  a  Oshagriñan, el orisha de su padre.

Oraniyan renunció a sus proyectos y fue a fundar la ciudad de Oyo que se convirtió en la  ciudad  de  los  reyes. Ile  Ife quedó como la capital religiosa, dejo a su hijo Aguka  como rey (Alafin de Oyo) y el partió a guerrear convertido en el segundo rey de Benin, Addika, y dejó en el trono a su hijo Ewenko cuyos descendientes reinan aún. Volvió a Ile Ife donde capturó una gran piedra enderezada que los reyes de Oyo deben de tener en la mano durante la ceremonia de entronización para asegurar su autoridad futura.

Oraniyan fue concebido en  condiciones  muy  particulares. En efecto una leyenda  dice: que el se convirtió tarde en orisha de los guerreros y de los herreros, conquistó la ciudad de Ogofun, la saqueó y tomó un importante botín. Una prisionera llamada Alakaiye le gustó y tuvo con ella relaciones amorosas, pero cuando Oduduwa la vio se turbó y declaró que haría de ella una de las mejores y que esperaba que nadie hubiera abusado de ella. Oggun no confesó nada y nueve meses más tarde Oraniyan vendría al mundo y su cuerpo estaba dividido en dos colores: blanco a la derecha, porque Oduduwa era de piel muy clara y negro a la izquierda, porque Oggun era de piel negra.  Entonces Oduduwa exclamó: Oggun tu tuviste relaciones con Alakaiye. Ese día agrega la leyenda que Oggun confundido y apurado no supo que responder quedando callado y es en recuerdo de esto que los servidores de Ile Ife están pintados mitad blanco y mitad negro.

Ese día en el lugar llamado Oke Mosun donde Oggun sufrió una metamorfosis  convirtiéndose en una piedra rígida, el Oni, rey de Ife descendiente y sucesor de Oduduwa, sobre el trono cruzaba su sable en signo de alianza con Oshogun, el sacerdote Oggun. Esta unión entre Oggun y Oraniyan  esta simbolizada en  la  leyenda  de  la creación de la tierra citada más  arriba:  Oggun  simboliza las cadenas de hierro, él siempre esta delante y abre el camino con las 21 barras de hierro en las cuales están las armas de Oraniyan.