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Odi meyi. Los olodus o apóstoles de Orunmila

tablero santeria.fr En diferentes artículos encontrareis las parábolas sobre los trabajos de los dieciséis apóstoles u olodus de Orunmila, tanto en el cielo como al bajar a la tierra. Publicaremos los artículos, siguiendo el orden de los odus de Ifa, empezando por Eyiogbe y acabando por Ofun. Siguiendo ese orden continuamos con los trabajos de Odi.

Odi meyi es uno de los olodus más fuertes de la familia de Ifa. Es agresivo y belicoso. Estando en el cielo, era más conocido por su belicosidad que por su sacerdocio. No obstante, era un hábil sacerdote de Ifa. Debido a las diferentes actividades exteriores que realizaba en el cielo, no dedicaba mucho tiempo a la practica de Ifa. En su lugar, esa parte del trabajo la hacían principalmente sus sustitutos. Por ejemplo, cuando Ode (exterior) fue a él en busca de adivinación, fue uno de los asistentes de Odi meyi quien lo ayudó.

Odi meyi ayudó a Ode (exterior) a recuperar la prosperidad

Las tres esposas de Ode lo habían abandonando cuando se hizo tan pobre que no podía satisfacerlas desde el punto de vista material. Los nombres de las tres esposas eran: Ire o juego, Oyin o placer y Oju o baile.

Fue el activo apoyo y cooperación de sus tres esposas lo que le dio a Ode su identidad.  Cuando  ellas lo abandonaron, el se volvió muy aburrido. Exterior solo es atractivo e interesante cuando cuenta con juegos, placeres, música y bailes. La gente sale afuera a jugar y a bailar. El placer se manifiesta principalmente mediante las  expresiones de la gente cuando sale fuera de sus casas. Para que recuperara a sus esposas, el sacerdote de Ifa le aconsejó a Ode que hiciera sacrificio con chivo y que sacrificara un segundo chivo para una comida en su casa. El debía cocinar ñame al fuego y se le aseguró que mientras que el ñame se estuviera cocinando al fuego sus esposas regresarían a él una tras otra. El hizo el sacrificio tal y como se le aconsejó.

Después de hacer el sacrificio, preparó una olla de ñames y la puso al fuego. Los invitados se hallaban bebiendo y comiendo carne cuando Eshu salió a encontrarse con las esposas de Ode. Al encontrarse Eshu con Ire, le dijo que había sido un error haber dejado al esposo simplemente porque su fortuna hubieran sufrido un eclipse  temporal. Le señaló que como los eclipses eran transitorios y efímeros, Ode ya disfrutaba nuevamente de prosperidad por todo lo alto, tanto que la gente diariamente comía en su casa. Eshu agregó que en ese momento se estaba desarrollando una de tales comidas. El visitó a las otras dos mujeres y a ambas les contó la misma historia.

Las esposas entonces decidieron ir y comprobar el cuento por lo que hallaron el ñame  cocinándose al fuego y unieron sus manos para preparar la comida. Después de esto, accedieron a quedarse con Ode para siempre. Con el regreso de las esposas, la prosperidad de Ode floreció una vez mas.

 Cuando Odi meyi sale en  adivinación para una persona cuya suerte se está debilitando,  el sacerdote de Ifa le dirá que haga una comida con dos chivos, uno mediante Ifa para  darle comida a los ancianos de la noche y el otro para hacer una comida para la gente que lo rodea y la prosperidad seguro volverá a él.

Como el maní llegó a multiplicarse

 El hizo adivinación para el maní cuando abandonó el cielo para producir 200 hijos en la  tierra. Ekpa o maní no tenia hijos y estaba ansiosa por procrear. Fue a ver a Odi meyi quien después de adivinación, le aconsejó que hiciera sacrificio con una gallina, gallo,  rata, pescado y un bolso de dinero. Ella hizo sacrificio después de lo cual fue llevada a la  granja  para  ser lavada. Después tuvo 200 hijos y la casta del maní se hizo muy próspera.

Odi meyi hizo adivinación para el  semen del hombre y la menstruación de la mujer

Al principio del tiempo, las plantas y los animales no procreaban de la forma en que actualmente se conoce. Después que los hombres y las mujeres fueron creados, ellos simplemente vivieron juntos sin saber como procrear. La mujer no sabia que hacer con su pelvis y el hombre no sabia para que estaba destinado su pene aparte de para la respiración.

El semen y la menstruación, quienes tenían identidades separadas fueron entonces por adivinación a la casa de Odi  meyi donde se encontraron con sus sirvientes.

Espermatozoide y menstruación estaban ambos ansiosos de saber como procrear. Dios los  había creado dejándolos que usaran su propia inteligencia para idear como procrear. A ambos se les aconsejó que hicieran sacrificio con un chivo. Al esperma se le dijo que agregara yeso, gallo blanco, tela blanca, paloma blanca y quimbombó. La menstruación, por otro lado, debía agregar gallo rojo y madera roja a su sacrificio. Ellos produjeron todos los materiales del sacrificio y los sacerdotes de Ifa los utilizaron para preparar medicina para que ellos se la comieran.

Después de esto, al esperma se le dijo que se fuera a vivir con el hombre, mientras que a la menstruación se le aconsejo que visitara a la mujer y que se quedara con ella durante cinco días cada vez que pasaran treinta días. Fue así como nosotros nos convertimos en los hijos del esperma y de la menstruación con la mediación del hombre y la mujer. Este es el tipo de medicina que un sacerdote de Ifa prepara para cualquiera que este ansioso de procrear.

Odi meyi como un luchador prominente

Como  ya se dijo anteriormente, Odi meyi  era  famoso en  el cielo  más por su belicosidad que por su propia práctica de Ifa. Su tarea diaria consistía en retar a las divinidades más fuertes en el cielo para que combatieran y casi invariablemente salía victorioso. Tenia el hábito de salir de su casa cada mañana y gritar: ¡loogban-oo! Un día, cuando gritó ¡loogban-oo!, el rey de la muerte salio a retar a Odi meyi en una lucha. De manera sarcástica y despectiva Odi meyi le dijo al rey de la muerte que el no acostumbraba a luchar con seres de una sola cabeza ya que no tendría la oportunidad de mostrarle la superioridad de su fuerza e insistió en que solo aceptaría el reto de seres con más de una cabeza. Tan pronto como se extendió la noticia de que Odi meyi solo lucharía con contendientes que tuvieran más de una cabeza, salió una divinidad con dos cabezas a encontrarse con él. En cuanto empezó el combate el le arrancó una de las cabezas dejando a la divinidad con una sola. Al explicar su objetivo declaró que nadie tenia derecho a llevar más de una cabeza y que tenia la determinación de convertir a todos los habitantes del cielo en seres de una sola cabeza.

Al día siguiente, la divinidad con tres cabezas vino a retar a Odi meyi y este le arrancó las dos que le sobraban dejándolo con una sola. El proceso continuó hasta que se encontró con la divinidad de nueve cabezas; la divinidad de nueve cabezas fue la primera en salir por la mañana a retar a Odi melyi gritando también ¡loogban-oo!. Cuando Odi meyi se enfrascó en la lucha, rápidamente le arrancó las ocho cabezas adicionales a la divinidad. Tan pronto como su oponente cayó al suelo, se puso de pie nuevamente para volver a luchar con Odi meyi por segunda vez.

Mientras tanto, Ajala, también conocido como Agbede-Ogun quien es el moldeador de cabezas en el cielo, se alegró de que Odi estuviera en el cielo para así tener bastante trabajo que hacer. El se encontraba en el lugar donde se estaban celebrando los combates. Cuando Ajala observó que la pelea se estaba poniendo difícil, se dirigió a Odi con palabras contradictorias indicándole  con  una expresión que él, Ajala, sabía como hacer todas las partes del cuerpo menos la columna vertebral. Eso fue una indicación  para que Odi atacara a su oponente por la columna vertebral. Odi inmediatamente captó el mensaje y al instante lanzó a su oponente hacia arriba sosteniéndolo por la columna vertebral y cayendo posteriormente al suelo. Después de vencerlo, Odi se fue para su casa con las mujeres y propiedades de todos aquellos a quienes había vencido como era la  costumbre en el cielo. La ultima divinidad que venció fue el Alara del cielo.

Al llegar al hogar, Odi invitó a todos los awoses del cielo y les dijo que revelaran el nombre de la esposa de Alara, la última mujer que el heredó en sus combates. Su verdadero nombre era Bola wun mi, que quiere decir: “mi esposa favorita” y a la persona que lo revelara, le crearía problemas con Odi. Cualquiera que mencionara el nombre de ella de esa forma se vería inmediatamente retado a un clavado de lanza en un suelo pedregoso.

Todos los que atravesaron esta prueba fallaron por lo que Odi se adueñó de todas sus posesiones en el proceso hasta que le llego el turno a Oligharabafe, a quien se le había aconsejado durante adivinación que le ofreciera un ave a su cabeza y que la preparara con eko. A el se le había aconsejado que guardara la mano del ave para el primer visitante que tuviera en la mañana después del sacrificio de su cabeza. Por otro lado, el debía preparar otro sacrificio a Eshu con pudín de quimbombó, hecho con mazorca de maíz y otros objetos resbalosos. Se le aconsejó también que insistiera en que el solo lucharía encima de una bandeja de Ifa llamada akpako.

En la mañana de  la lucha de Oligharabafe con Odi, este último mandó a sus tres hijas  llamadas  Iboru, Iboye, e Ibosise a visitar a Oligharabafe  para que lo invitaran a que fuera a verlo por encontrarse muy enfermo. Cuando las niñas llegaron a la casa de Oligharabafe, este les dijo que informaran a su padre que el lo visitaría tan pronto como  recolectara algunas hojas del bosque para su tratamiento. Cuando las niñas estaban a punto de partir, el recordó la mano del ave la cual se le había aconsejado que la diera a cualquiera que fuera su primer visitante de la mañana. Rápidamente llamo a las niñas y las invito a que comieran algo antes de volver a la casa. Ellas comieron eko y la mano del ave. Después de comer, la mayor de las tres hijas de Odi le dijo a sus otras dos  hermanas que nadie mataba a un anfitrión después de disfrutar de su hospitalidad. En otras palabras, la ley en el cielo era que nadie podía matar a una persona después de comer  su comida.

Con esto resolvieron contarle a Oligharabafe todos los secretos de su padre con el fin de  salvarlo de las maquinaciones de su progenitor, ellas le enseñaron la forma correcta de pronunciar el nombre de Bolawo kpe uwa  jewun-awo, al igual que el punto en el piso de piedra en el cual clavar el okparere o lanza en la cámara privada de su padre, esto es en el desagüe donde diariamente se utilizaba una rana a modo de sacrificio. Ellas también le dijeron como colocar un akpako, aconsejándole que tan pronto como su padre se detuviera el debía proclamar que se había caído. Después de esto las niñas se fueron para su casa.

Cuando Oligharabafe llegó a la casa de Odi, este se quejó por su enfermedad pero le dijo que antes de que hiciera algo para curarlo, debía revelar primero el nombre de su esposa, como testimonio de su destreza. Oligharabafe rápidamente le pregunto si la antigua esposa de Alara se llamaba Bolawo kpe uwa  jewun-awo (esto es, la única mujer que sedujo al sacerdote de Ifa). Odi se molestó e inmediatamente retó a Oligharabafe a una pelea pasados siete días. Oligharabafe enseguida respondió que no tenia sentido esperar que transcurrieran siete días ya que el estaba listo para la lucha en ese momento y lugar sin que mediara más preparación. No obstante Odi insistió en que como el no se encontraba lo suficientemente bien para una lucha inmediata, debían mantenerla en  espera hasta el séptimo día. A este acuerdo llegaron y con esto Oligharabafe sacó las medicinas que había preparado para Odi, y se las dio. Le dijo como utilizarlas y partió hacia su casa. Antes de partir Oligharabafe alertó a Odi de que el nombre de Bola wu mi realmente quería decir que si el no se la devolvía a Alara, perdería su propia vida a causa de su seducción.

Al  séptimo día, Oligharabafe volvió a la casa de Odi para la lucha. Tan pronto como comenzó, Odi se sentó en el akpako de Oligharabafe, lo cual hizo difícil que este último operara. No sabiendo que hacer, Oligharabafe extrajo su instrumento de adivinación, llamó y le dijo que rápidamente ofreciera un macho cabrio a Eshu lo cual hizo friendo la carne y poniéndola frente a Odi quien ya se encontraba hambriento por haberse hallado sentado en la bandeja de Ifa. También se le aconsejó que usara paloma para el sacrificio la cual asó y untó con aceite de paloma después de lo cual la amarró a una cuerda que colgaba del techo donde Odi se hallaba sentado. El aceite de la paloma caía sobre la cabeza de Odi. Cuando este miró hacia arriba, vio la paloma asada. Cuando Odi se levantó para alcanzar donde estaba la carne, Oligharabafe rápidamente retiró su akpako de debajo de Odi. Odi entonces vio la atractiva carne del macho cabrio frente a si. Cuando se paró para coger un pedazo de la carne, su oponente finalmente terminó de sacar su akpako. Tan pronto como Odi descubrió que Oligharabafe había logrado sacar el akpako, le dijo a su oponente que había pasado todas las pruebas pero que le quedaba una final que vencer.

Los invitó a clavar su lanza en el suelo de su cámara interior. Oligharabafe rápidamente  vio el desagüe, dio en el lugar con la lanza y esta se clavó en el suelo, algo que nadie había logrado antes que el.  Al final de la lucha, Odi exclamó que su trabajo en el cielo había sido terminado, ya que había conocido a alguien tan fuerte, inteligente y hábil como él. Entonces decidió que había llegado el momento de abandonar el cielo e ir a la tierra al igual que sus otros tres compañeros olodus habían hecho antes que él.

Cuando Odi meyi sale en igbodu, a la persona se le deberá aconsejar que haga sacrificio de manera que no sufra el problema de hijos.

Cuando sale en adivinación, a la persona se le deberá decir que se cuide de su lucha por una mujer. A el se le deberá decir que ofrezca un macho cabrio a Eshu con el fin de  poder vencer a la inevitable competencia. También deberá hacer sacrificio a su cabeza y a Oggun.

Cuando sale en la adivinación de okpele, a la persona se le deberá decir que se esta preparando para un viaje y que no debe realizarlo. Pero que si  tiene que  hacerlo deberá servir a Oggun antes de realizarlo. También se le invitara para conversaciones de  arreglos, las que no deberá realizar sin antes servir a Oggun.

Odi meyi parte hacia la tierra

Odi era tan engreído que nunca se molestaba en hacer adivinación antes de embarcarse en sus hazañas. Por un lado, no veía porqué tenia que ir en busca de adivinación a divinidades o sacerdotes de Ifa inferiores. Por otro lado siempre tenia la seguridad de que su habilidad y su fuerza lo acompañarían en todas las situaciones. Cuando llego a la conclusión de que había llegado el momento de abandonar el cielo para partir hacia la tierra, decidió que viajaría solo con sus dos instrumentos principales: el de autoridad, piedra de rayo y el horno de fundición. Estos son los instrumentos utilizados por la  divinidad del trueno (Shango) y la divinidad del metal (Oggun). Ambos instrumentos  fueron  incrustados  dentro  de  su cabeza.

Cuando sus seguidores lo vieron partir  hacia la  tierra sin realizar preparaciones previas, algunos se reunieron y le recordaron que el nunca había tenido una esposa de su elección en el cielo. El les dijo que por esa misma razón iba a pasar por la  vida  en  la  tierra sin una esposa a no ser que hiciera sacrificio con un macho cabrio a Eshu y una  guinea a su ángel guardián. Explicó que si nadie había sido capaz de someterlo en el cielo, quien iba a haber en la tierra que se opusiera a el o que se le atravesara en su  camino. Juró que realizaría en la tierra proezas semejantes a las que había hecho en el cielo. Ellos le recordaron la influencia negativa de todas las otras divinidades a quienes el había deshonrado en el cielo. El no tendría poder para someterlas en la tierra ya que  ellas habían llegado allí antes que el.

El nació en la tierra de un padre que era sacerdote de Oggun y de una madre que era  sacerdotisa  de  Shango. Salio del útero con una piedra de rayo y un horno de fundición  los  cuales  fueron  preservados  para él de manera que los utilizara cuando creciera. A  la  edad de diez años ya estaba luchando con adolescentes que eran mayores que el.  Nadie

podía tocar el suelo con su espalda. Era tan feroz que todos le temían. La gente lo apodaba el invencible.